Y aún más si eres el ampli de Miguel!!!
Porque además de aguantar el volumen a veces doloroso que te impone tu dueño hay que sumar aguantar el cenicero, la cerveza y la ecualización sin agudos al que eres sometido sin piedad...
Animales, que sois unos animales!!
A este ampli le funcionan los dos altavoces, no como a otros... ¡Vaya orejita, Juan!
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